Dia 18 Muğla - Izmir - Foça 80 Km (1500)

Madrugue de nuevo para ver despertar a la ciudad y como se montaba el mercadillo. Como iban llegando los camiones. Como descargaban con cuidado las mercancias y las comenzaban a ordenar sobre las mesas y tableros. Iban montando los toldos porque el sol ya comenzaba a calentar. Colocaban con mucho cuidado las frutas y verduras seleccionandolas segun su aspecto. Las primeras bandejas de te iban vaciandose. Y yo recorde lo bien que sabe ese primer te de la mañana.

Kerem se fue a Bodrum en busca de quizas de lo poco que le falta a Muğla, vida nocturna. Y yo para contrarestar el rodeo de espera por el sur de Egeo, y como la zona hasta Izmir ya la habia visitado aprendiendo canciones, decidi ir en autobus hasta la tercera ciudad de Turquia.

La salida de la ciudad desde la otogar de Izmir fue terrorifica. La estacion de autobuses es enorme y esta en una zona muy industrial. Poco a poco fue cambiando el paisaje y al abandonar la carretera general todo fue a mejor. Alli todo es mas amarillento, el verde supongo que aparece en invierno. Y el azul del mar tambien es distinto. Foça esta rodeada por emplazamientos militares, que aunque no sea muy agradable eso ha evitado que alli ocurrieran mas aberraciones hoteleras. Ademas en las islas de los alrededores dicen que habitan lo ultimos ejemplares de la rara foca monje del Mediterraneo.

Nada mas llegar a Foça, junto a la carretera pregunte a un hombre que estaba sentado en un muro junto a la carretera sobre campings en la zona. El hombre se quedo algo extrañado, miro la bici y pregunto tienes tienda. Entonces llego una camioneta con otros dos hombres. Cargaron unas maderas, hablaron entre ellos y e dijeron carga la bici y sube que te llevamos. Yo iba aguantando la bici y observando la ciudad. La dejamos a un lado, y bordeamos la bahia. Despues nos metimos por un camino de tierra y fuimos a parar como a un descampado con barcos a medio hacer o estropeados y tiendas de campaña al fondo. Se trataba de un grupo de astilleros que se instala los meses de verano alli para trabajar y disfrutar del lugar a la vez. Me presentaron a los demas. Y a algunos les sorprendio mucho mi pequeña tienda, asi como lo de mi viaje.

Visite la ciudad con uno de los astilleros y antes marinero pescador. Tomamos çay y yo compre fruta. Visitamos a sus antiguos compañeros que estaban a punto de zarpar. Cenaban sobre cajas de madera y periodicos, unas aceitunas y trozos de queso con pan. Me acorde de mi cena del dia anterior. La puesta de sol se detuvo sobre el Egeo.

Antes de apagar la linterna, ya en la tienda, escuche conversaciones de fondo. Abri con cuidado la cremallera y vi a lo lejos como los astilleros charlaban y fumaban en los barcos a medio construir. Quizas surcaran las aguas de algun mar lejano.