28 agosto 2006

Dia 1 Medinya - Barcelona 112 Km (5445)

Dia 6 Narbonne - Medinya 140 Km (5333)

Dia 5 Montpellier - Narbonne 105 Km (5193)

Dia 4 Arles - Montpellier 85 Km (5088)

24 agosto 2006

Dia 3 Marseille - Arles 90 Km (5003)

Dia 2 Hyeres - Marseille 100 Km (4913)

Dia 1 Cagnes Mare - Hyeres 133 Km (4813)

Dia 22 Imperia - Cagnes Mare 90 Km (4680)

Dia 21 Genova - Imperia 135 Km (4590)

Dia 20 Chiavari - Genova 65 Km (4455)

Dia 19 Pisa - Chiavari 140 Km (4390)

Dia 18 Firenze - Pisa 105 Km (4250)

Dia 17 Firenze - Firenze - Km (4145)




Dia 16 Siena - Firenze 85 Km (4145)



Dia 15 Paganico - Siena 65 Km (4060)

No salí demasiado temprano, pero si lo hice mas cargado de lo que llegue. Tanto de estómago como de equipaje. Me salieron a despedir todos, incluido el burro guardacoches. Y poco a poco deje atrás esa montañita llena de buena gente a la que alimenta mi gran hermano italiano.
Caían algunas gotas y los nubarrones se desplazaban a gran velocidad. Pequeños repechos toscanos, olor a tierra mojada y viña húmeda. Por suerte las tímidas gotas no pasaron de ahí, y llegue rapidamente a Siena. Enfilada en un monte y rodeada por murallas renacentistas. En las afueras junto a las casas unifamiliares estaba el atípico camping. Dejé las cosas y de nuevo pedaleando fui hacia el centro. Me sorprendió la cantidad de turistas y la bonita decoración de las calles. Sin pensar mucho deje la bici en la magnifica plaza con forma de concha. Empece a visitar el bonito casco antiguo. Entonces tras las calles estrechas sonaba un griterio, y de repente una cantidad de gente gritaba y seguia a un caballlo y su jinete. Todos se dirigian a la plaza. De otras callejuelas empearon a llegar mas multitudes, caballos y jinetes. Yo lo había leído en la guia, era IL PALIO. La antigua carrera de caballos medieval. Pero faltaban unos días... enotnces pregunte, era la presentación de los concursantes elegidos por cada uno de los barrios de la ciudad. Empecé a temer por mi bicicleta. Cuando por fin consegui llegar a la plaza y atravesarla; junto a la valla donde había atado a la bici solo vi a un policia con el candado en la mano, pero la bici ya no estaba. Los dos nos miramos con cara de sorpresa y me dijo donde se habían llevado la bici. Tras decirme un poco de todo y comprobar mi pasaporte me dejaron ir con la bici todavia manteniendo la cara de sorpresa...
Ya tenía una misión para el día siguiente comprar otro candado. Siena me gusto mucho, incluso pense en quedarme a ver la carrera, pero faltaban dos días y además era demasiada multitud para mi y mi bicicleta.




Dia 14 Paganico - Paganico 15 Km (3995)

Dia 13 Paganico - Paganico - Km (3980)


Todo lo hacen ellos. Desde las tartas y galletas del desayuno hasta toda la pasta que allí se sirve… y como Domenico me veía delgado, pues a zampar y disfrutar de la rica gastronomía italo-toscana. Fue un paron altamente energético, para reponer fuerzas y relajante a la vez.

Como lo que quería era compartir mis primeras experiencias del viaje con mi amigo, y el no podía dejar sus responsabilidades culinarias, me pasé los dos días en la cocina junto a él. Aprendiendo recetas, probando y degustando todo lo que me ofrecían, pero también ayudando. Recordé mis veranos en el Trébol. Allí también hay buenos currantes y sobre todo buena gente.

Por la noche poco pude disfrutar de las estrellas, solo de la vista de los relámpagos y la tormenta que se acercaba. Decidí quedarme otro día con ellos, y entonces a la noche siguiente el cuñado de Domenico saco la escopeta y dijo a cazar!! Todo estaba humedo de la tormenta de la noche anterior, y se ve que así salían los jabalíes. Con los faros del todo terreno solo vimos algunos ciervos, pero no les quisieron disparar. Los jabalíes se salvaron pero la excursión nocturna fue divertida.

En el agroturismo también había gran cantidad de animales. El burro era mayor, tenía cara tristona, pero simpatica a la vez. Un potrillo casi recien nacido daba sus primeros pasos bajo la mirada de su madre. Criaban caballos y algunos saltaban y corrian sin parar al soltarles por el prado.

Además me gustó la forma de ser de la gente que allí estaba pasando unos días. Había muchas parejas italianas, de todas las partes del país. Pero se relacionaban entre ellas. Desayunaban y cenaban todos juntos. Eran como un buen grupo de amigos, pero en realidad se acababan de conocer. Yo también compartí con ellos algunos momentos. Gente muy maja. Durante esos días fui con Eduardo, el sobrino, a conocer los alrededores. Subimos a lo alto de un monte donde había un monasterio, desde el que disfruté de unas vistas toscazas increíbles. Viñedos, tierras de diferentes tonos, agricultura ordenada y unas nubes de cuadro renacentista.

Después a la cocina de nuevo. A probar cosas nuevas y reir de nuevo. Y de postre me escape a Grosseto con Domenico a por el helado. El mejor que he probado nunca. Además el heladero era amigo de Domenico y nos enseño la trastienda de la heladería y como elaboraba sus deliciosos sabores.

En mi ultima cena allí disfrute de uno de los mejores vinos de la región el “Montalcino”, un vino delicioso para acompañar la estupenda gastronomía toscana.

Gracias Domenico por darme esas fuerzas, que ya flaqueaban, para acabar mi viaje. Gracias por abrirme la casa de tu familia y esas risas en la cocina. Hasta pronto.

Dia 12 Montalto di Castro - Paganico 95 Km (3980)

No dormí del todo mal en aquel pinar. De fondo al estar inmóvil se escuchaban las olas. Aunque el ratón escalador también hacia sonar las ramas del árbol.
Temprano seguí mi camino hacia Groseto para encontrarme con mi gran amigo Domenico. Cocinero italiano muy divertido, con el que siempre paso buenos momentos. Sobre todo aquel verano en el MIRADOR CAFe con José y los demás. Con la ilusión de reencontrarme con él y poder empezar a compartir mi viaje, pedalee con fuerza aquella mañana. Incluso un buen rato viento en contra.
Bordeé el saliente montañoso promontorio dell Argentario, anteriormente isla y ahora unido por tres brazos de tierra y carretera elevada a la costa ya casi Toscana. Y temporalmente abandoné de nuevo el Mediterráneo. Empecé a introducirme en la Toscana. Llegue pronto a Grosseto, así que pasee junto a sus murallas y visité el amigable centro histórico. Plaza bonita y todo muy cuidado y limpio. Calles peatonales y algunos turistas en las terrazas de las heladerias. Mi helado del dia me lo comí apoyado en las muralla y disfrutando de su sombra. Llamé a Domenico y resulta que trabajaba en un agroturismo situado a unos 25 km. Así que de nuevo a pedalear. Hacia Pagánico, un pequeño pueblo toscano. A las afueras y en lo alto de una pequeña colina se asentaba el agroturismo de la hermana de Domenico y su marido.
Él estaba igual que siempre, con sus rastas y disfrazado de cocinero. Tan solo con algo más de barba. Me presento a su familia y al resto de la plantilla. Descanse, comí y reí mucho.

Dia 11 Roma - Montalto di Castro 135 Km (3885)

Abandoné Roma temprano y no resulto tan difícil. Supongo que el tráfico a las 8:15 de un 9 de Agosto es algo no muy normal. Poco a poco la ciudad fue desapareciendo. Pero costó.

Inmensa llanura, tan solo con algún repecho. Dirección Noroeste. Y pronto me reencontré con el Mediterráneo. Civitavechia, el puerto de Roma. De mercancías y transporte vehículos. Enorme y no muy bonito. También pase por alguna fea chimenea y fábrica contaminante.

Seguí con buen ritmo hasta Tarquinia. Parada obligatoria para visitar unas tumbas etruscas muy interesantes. Datadas del siglo V a.c. Desde fuera tu solo veías unos montículos de tierra, parecidos a los de algunos animales u insectos pero en tamaño humano. En realidad eso era la entrada, las tumbas estaban enterradas. Accedías por unas escaleras, y tras un cristal humedecido y protector, se podía observar el colorido y la delicadeza de aquellas antigüedades funerarias.

El centro histórico de Tarquinia también me gustó. Sobre la montañita y presidiendo la llanura. Sobresalían sus campanarios y conservaba algo especial. Aquel hombre sabía algo de español, todavía guardaba su seiscientos y me animó a pedalear.
Después en busca de un camping. Pero aquello se convirtió en una odisea. Al parecer aquellos eran campings “pijos”, muy caros. Y no estaba dispuesto a pagar más por plantar mi tienda que por la pensión en Roma. Así que acabe en un pinar cerca del Mediterráneo. Me dormí de nuevo escuchando su susurrar y conel de un ratón escalador. Por la mañana ya había un pescador observando el horizonte y con la caña hizada.

Dia 10 Roma - Roma - Km (3750)







Dia 9 Roma - Roma - Km (3750)

Fui con Francisco, compañero de habitación colombiano, a visitar el foro Palatino y el interior del Coliseo a primera hora. Las tripas del recinto que albergaba las diversiones sangrientas del emperador y los habitantes de la Roma antigua. La llamada “arena” donde luchaban los gladiadores realmente reposaba sobre unos tableros. Estos estaban apoyados en el laberíntico sistema de pasadizos y cimientos. Algunos de estos eran trampas con animales salvajes. Salían para atacar a los gladiadores y enloquecer al público. Me gusto imaginarme todo aquello en aquel soleado día de agosto.
Después recorrimos los antiguos foros de la capital romana. Lugar de grandes pensadores, políticos y emperadores. Algunas de sus residencias debieron ser alucinantes, pero con el paso de los años se fue construyendo “encima”. Diferentes iglesias, edificios públicos,… y ahora todo estaba un poco confuso y mezclado.
Caminamos por Roma. Estaba limpia, reluciente y no muy congestionada. Que raro todo lo contrario de lo que me habian dicho. Y llegamos al Panteón; con el que de verdad queria compartir mi 25 dia de cumpleaños. Y no me decepcionó. Es el edificio mejor conservado de la época romana y para mí el más impresionante. Allí dentro se crea un espacio genial. El óculo central de la gran cúpula por el que entra la luz, como un chorro sobre la oscuridad, tiene la medida exacta. Las sombras sobre el revestimiento de la cupula van cambiando al girar el chorro de luz. Abajo los turistas boquiabiertos observábamos el espectáculo con el cuello dolorido. Y recordando los giros de la Tierra. Situado allí en medio de la cúpula, evadiéndome de los cientos de turistas, dialogando con el edificio que mas me ha impresionado cumplí 25 años. Eran la 13:14.
Me hubiera quedado más allí, pero Francisco ya me miraba con cara rara, y de hambre. Le invite a la pasta y el invitó al helado. Después nos separamos. Hasta la próxima.
Visité el Vaticano y San Pedro. Vi las tumbas de los Papas, la capilla Sixtina y subí a lo alto de la cúpula para ver Roma a la altura de las esculturas. Recorrí las hermosas plazas italianas, callejee, pasee junto al Tiver, saboree la pizza romana, visite museos y galerias, descanse de la bici, me infle a helado,… Que suerte que todos los caminos lleven a Roma. Esta ciudad es un bonito alto en el camino. Allí se respira historia.


Dia 8 Napoli - Roma 10 Km (3750)

Las autoridades me advirtieron que era dificil entrar en Roma con la bici. Ademas iba un poco a trasado en mi plan de ruta, asi que decidí seguir con mi descanso de pedaleo. Cogi el tren por primera vez y me ahorre los algo mas de 200 Km entre Napoles y Roma.
Volví a pelearme con el intenso tráfico de Napoles hasta la estación, pero nada que ver con el dia de mi llegada, ya que era domingo. Compre mi billete, pero no el de la bici. Menos mal que el revisor era un hombre simpatico y la dejo viajar gratis. Dormí en el trayecto y desperté ya llegando a la estación central de Roma. Desde el hostal de Napoli ya habia reservado para otro en Roma, ademas cerca de la estacion. Por lo que no tuve que pedalear mucho en la antigua capital del gran Imperio. Me instale en el hostal, situado en una antiguo palacio renacentista reformado de techos altos y ventanas alargadas. Y pronto me adentré en Roma en busca del Coliseo.
El hostal estaba cerca de una basilica muy interesante. Diferente a las de Napoles. Ya se notaba que la grandeza de Roma. Al ver de lejos el Coliseo senti algo especial. Tantas veces visto en fotos y por la tele y por fin alli delante. Ademas al ser domingo, el centro estaba cerrado a los coches y todo el mundo caminaba, iba en bici, patinaba o disfrutaba de los monumentos. No entre, preferi esperar al dia siguiente. Empezo a llover ligeramente. Me refugie bajo un arco triunfal, antes de seguir explorando la ciudad. Llegue hasta el Vaticano, pero San Pedro ya estaba cerrada. Roma empezaba a engancharme. Todo muy limpio y ordenado. Muy diferente a Napoli. Se caminaba muy bien aquella tarde, no me aguante y llegue hasta el Panteon.
Entre helado y helado se hizo de noche. Se encendieron las luces de las fuentes y el espectaculo nocturno de Roma comenzó. Me sente en compañia en las escalinatas de la plaza España. Escuché caer el agua de la fontana de Trevi como en aquella peli. Al dia siguiente cumplia 25 años y queria compartir ese dia intensamente con Roma, asi que decidi retirarme y descansar.

Dia 7 Napoli - Napoli - Km (3740)



Dia 6 Napoli - Napoli - Km (3740)

En los dos dias creo que vi todo lo que hay que ver en Napoles. Desde su casco antiguo sucio, dejado, algo peligroso, ruidoso, estrecho, oscuro y repleto de interesantes iglesias y palacios; hasta los parques y fortalezas medievales, paseo maritimo, teatros, galerias y plazas. Las plazas itlaianas son realmente preciosas. Nunca totalmente planas y siempre con alguna fuente o escultura interesante. Tambien disfrute con los diferentes estilos arquitectonicos de la catedral y otras iglesias. La ciudad esta repleta de ellas. Algunas escondidas en las callejuelas, y otras presidiendo esas plazas.
La visita al Museo Nacional Arqueológico tambien fue muy enriquecedora. Con colecciones de ceramicas y esculturas encontradas en Pompei muy valiosas. Tambien me sorprendió la galeria secreta abierta desde hace poco al publico. Donde se ven obras de sexo y violencia muy antiguas.
Pero en Napoli sobre todo descubri de verdad la grandeza del buen helado italiano y la autentica pizza napolitana. Me di un premio y comi en una de las pizzerias mas antiguas y famosas de la ciudad; y la verdad valio la pena. Riquisima. Y cierto el secreto esta en la masa.
En el hostal comrati algun buen rato con el recepcionista de la noche. Forofo del Napoli y que todavia las gracias a Maradona por aquellos años esplendorosos. La gente del hostal variada. Pero cada uno a lo suyo. Me hizo gracia el canadiense que le timaron en Roma y se vino para Napoles. Y como el decia se iba a Africa, para estar en otro continente mas. Como le habra ido por Tunez. Los alemanes se montaron una buena fiesta la ultima nche, pero creo que al final no se si ligaron con las australianas. Mi barba y yo nos fuimos a dormir echando de menos oir el mar y ver las estrellas.

19 agosto 2006

Dia 5 Pompei - Napoli 26 Km (3740)

Los alemanes que tambien viajaban en bicicleta me dejaron sus restos de comida y vitaminas. Fui de los primeros en entrar a la antigua Pompeya. Y menos mal, porque en poco tiempo se lleno de grupos de turistas japoneses y españoles en su mayoria. Todos siguiendo la banderita de su guia y escuchando por auriculares sus comentarios.
Realmente las ruinas son alucinantes. La antigua colonia romana de vacaciones esta "congelada" en el tiempo por la repcion sufrida del Vesubio. Menos los forjados y tejados de bigas de madera, naturalmente destruidos, se conservan algunas casas practicamente intactas. Uno puede recorrer las calles e imaginarse facilmente que se encuentra en unos cuantos siglos antes. A mi me recordaba las lecturas de los comics de Asterix y Obelix. Cuando ellos "visitaban" alguna aldea o colonia romana y el gordote de Obelix recopilaba los cascos de los romanos despues de azotarles un buen mamporrazo.
Tras esa visita tan enriquecedora, hasta que tuve que empezar a sortear japoneses y banderitas, marche hacia Napoles. Bordeando el volcan y recorriendo la bahia con la isla de Capri al fondo. Y nada mas empezar a pedalear ya pude ver el caotico y frenético tráfico napolitano. Toda la familia en la moto, coches adelantando incorrectamente, pitidos continuos, insultos en los semaforos, motoristas sin casco, aparcamientos curiosos... un poco de caos. Y yo por alli en medio pedaleando poco a poco sobre la calzada bacheada de piedra. La ciudad a su vez cada vez fue perdiendo luz. Sus calles cada vez mas estrechas, oscuras y sucias. Llegue al centro historico. Pero al final encontre un hostal un tanto extraño en un edificio de oficinas en frente de la estacion maritima. Septimo piso y ascensor que funcionaba con monedas de cinco centimos. Pero al final el hostal resulto genial. Economico, con internet gratis, buena gente, desayuno incluido y bien situado. Asi que decidi tomarme alli unos dias de descanso. Tras instalarme sali a conocer a Napoli. Sus iglesias, callejuelas y alboroto.

16 agosto 2006

Dia 4 Agropoli -Pompei 114 Km (3714)

Descubri que el tipico desayuno italiano es cafe y "corneto" (croisant o como se escriba). Yo todavia recuerdo los desayunos turcos. Sali prontito para visitar Paestum. Antigua colonia fundada por griegos. Los helenos emigraban hacia el sur de Italia y alli formaron algunas colonias importantes hasta que los romanos las conquistaron.
Las ruinas tienen unos templos muy bien conservados. De piedra anaranjada y marron. En el museo se encontraban los botines encontrados en las excavaciones. Asi como la explicacion de la evolucion del sur de Italia. Me culturice para todo el dia.
La carretera fue llana hasta Salerno. Visite fugazmente la ciudad desde el sillin de la bici. Solo a destacar el paseo maritimo, algunos palacios y un parque. Donde me refugie de nuevo de algunas inocentes gotas veraniegas. Despues ya entre a pelearme y disfrutar con la costa Amalfitana. Declarada Patrimonio de la humanidad, y uno de los destinos turisticos mas solicitados de Europa. Y la verdad vale la pena. Paisajes impresionantes, y pueblecitos que conservaban su identidad. Siempre alguna bonita iglesia en una plaza llena de gente y movimiento. Detras el verde de la vegetacion colgada de la colina y delante el mar azul transparente.
En la pequena carretera que serpenteaba el acantilado y unia los pueblecitos eramos pocos los ciclistas. Supongo que por la dureza. Aunque a mi me parecia mas duro el no poder oler y pararse cuando uno quisiera en las bonitas calas y acantilados, de todos los turistas que pegaban su nariz al cristal del autobus. Que a su vez no paraba de pitar en cada curva y asomar el morro por ese precipicio. A su vez las curvas eran lugar ideal para que se entrenaran los nuevos Rosi...
Las subidas y bajadas hacian su efecto, y pese a la belleza de los paisajes el cansancio aumentaba. Hasta que por fin vire y al fondo vi la isla de Capri, y de nuevo gire la cabeza y vi la silueta del Vesubio. El volcan durmiente. Eso me dio fuerzas. Ademas tuve dos gregarios de excepcion hasta Castellana di Mare. Por fin comparti algunas pedaladas. Dos amigos amantes de la bici que pasaban sus tardes de verano pedaleando por la costa del golfo de Napoles. Fue bonita la compania momentanea y la cara que pusieron al intentar levantar la bici. Encontre sin problemas el camping; justo en la puerta de las ruinas de la antigua Pompeya. Quedamos para el dia siguiente poco despues del amanecer.

15 agosto 2006

Dia 3 Maratea - Agropoli 150 Km (3600)

Cuando desperte ya habia gente por alli. Me miraron con no muy buena cara. Al principio recuerdo que me daba respeto acampar en cualquier sitio, ahora creo que soy yo el que doy "respeto" con mi barba y todos mis trastos en la bici. Empece pronto la etapa que al final se alargo algo mas de lo normal.
La carretera era un continuo sube y baja. Con montañas que llegaban hasta el mar. Me recordaron paisajes turcos. Pero aqui los pueblos diferentes, y mas bonitos. Turismo nacional, pero no masificado. Las vias del tren iban paralelas a la carretera, pero de vez en cuando se escondian. Todo estaba muy verde. Y la carretera tenia el murito de piedra, que recordaba de los videojuegos de rallies.
Pase por el parque nacional de la costa del Cilento. No pude acortar por la carretera general y tuve que seguir por la secundaria cerca de la costa, subiendo y bajando entre las montañas. El ultimo tramo se me volvio a hacer muy duro. Muchos kilometros y muy duros. Pero no encontraba ningun camping donde dormir. Y realmente necesitaba una ducha, asi que lo de acampada libre de nuevo como que no. Ademas empezo a medio llover. Solo era un nubarron, pero pareceia que me seguia. Entonces al llegar a Agropoli y como por arte de magia se me aparecio un albergue juvenil tras las vias del tren. Economico y limpio. Asi que cena italiana con pasta aldente y cama despues de unos cuantos dias.

Dia 2 Metaponto - Maratea 130 Km (3450)

Desde el golfo de Taranto cruzar toda la Basilicata hasta el mar del Tirreno, ese era mi objeivo. Etapa dura y bonita. La empece a buen ritmo por la costa, tras una pequeña equicocacion. Luego gire a la derecha y empece a atacar la pendiente. Por suerte la subida fue suave y el paisaje de la Basilicata precioso. Es la region mas pobre de Italia. Todavia dedicada primordialmente a la agricultura. Cultivan una tierra dura y rocosa, pero sacan muy buenos resultados.
Habia pueblecitos sobre los montes, parecian todavia de la edad media. Algunos con murallas, intactos, sonaban las campanas de sus iglesias y habia pocos coches. Pase por el lago turquesa y comi el primer trozo de verdadera pizza italiana.
La ultima parte de la subida se me hizo mas dura. Al pasarla alce de nuevo los brazos y la mirada. Habia un pequeno pueblo casi en la cima, y un revoltijo de carreteras y autopista. Alli tuve una proposicion indecente, bebi agua de las fuentes e inicie el descenso. Un descenso precioso hasta el mar. Una garganta a la que el sol ya muy horizontal no iluminaba. Roca gris y poca vegetacion, iba paralelo al riachuelo. Al llegar a la costa me encontre con un paisaje magnifico. Pero en el que tras recorrer algunos kilometros y por la orografia del terreno ya vi que era imposible encontrar camping. Asi que tuve que improvisar uno.
La serpiente me asusto y me cambie de sitio. Vi la puesta de sol de nuevo sobre el mar. Al ver que el pescador no se iba me escondi tras los pinos. En el aparcamiento de la playa privada. Algunos ruidos me despertaron, pero no abri la cremallera hasta el dia siguiente.

Dia 1 Igoumenitsa - Brindisi - Metaponto 115 Km (3320)

Olvide coger algo de abrigo y pase frio en el barco. Vi salir el sol desde la popa. Al otro lado se veian nubes, y cada vez mas oscuras. Se vieron algunos relampagos y nada mas desembarcar y pisar suelo italiano, la tormenta tambien llego. Ciao Italia.
Me refugie de la lluvia en una antigua nave industrial abandonada, en las afueras de Brindisi. Aproveche para comer algo viendo caer las gotas. Despues mis primeros kilometros italianos fueron humedos. Los restos de la lluvia se evaporaban y el calor era intenso. Por la via de servicio de la autopista me dirigi a Taranto.
En la mañana dominical algunos ciclistas y personas mayores paseaban por los caminos campestres. Villas y casas de campo italianas mediterraneas. Campos de olivos y viña. Un poco antes de llegar a Taranto divise el gran lago. La antigua Taranto es la que separa el lago y el mar solamente en unas decenas de metros. Junto al lago comi algunas moras limpitas por la lluvia. Tras el feisimo poligono industrial, incluida refineria llegue al centro historico. Entre el lago y el mar. Como una islita unida a la tierra por pequeños puentes, anteriormente levadizos. Ahora fijos y convertidos en calles llenas de coches. El centro historico tampoco es muy bonito. Sucio en estado algo ruinoso y dejado. Incluso parecia algo peligroso. Pero me gusto. Habia algunas iglesias interesantes. Y realmente parecia que estaba en otra epoca. Quizas unos años atras. Olia a comida, do era de tonos marrones y grises. Incluso el cielo todavia nublado. Solo unas notas de color en las banderas de Italia que ondeaban desde las ventanas de muchos de los edificios. Junto a las barcas el mercado del pescado y algunos gatos merodeando. Pero todo muy vacio en el mediodia del domingo en que llegue a Italia.
Recorri algunos Kilometros mas por el golfo de Taranto hasta llegar a Metaponto. Junto al mar algunos campings y casas de veraneo. Las playas resguardadas por pinares ya se estaban vaciando cuando llegue. Los pinos eran muy altos, no llegue a ver de que color eran las ardillas.

08 agosto 2006

Dia 11 Ioanina - Igoumenitsa 95 Km (3205)

Dormi un poco mas de la cuenta. El sol ya estaba por encima de los montes y se reflejaba en el lago. Al buscar con los pies las chanclas di con la sorpresa. Me hizo mucha ilusion, sonrei. Marcelo y Patrizia me habian dejado una barrita de muesli con una pegatina que decia MUCHA SUERTE. Eso ya me dio fuerzas para todo el dia. Pense en ellos en muchos momentos del dia. En como iria su ascenso al puerto. Lo iban a hacer en dos tramos. Yo tambien les desee suerte.
Encontre terreno escarpado casi hasta la costa. Incluido fuertes pendientes no marcadas en el mapa. Ademas el dia fue muy caluroso. No paraba de sudar. Me salian gotas por todo el cuerpo. Me cruce con un aleman de bigote oscuro. Parecia un profesional, bici de carreras, grandes gafas, casco y maillot amarillo. Habia hecho Munich - Venecia y desde alli habia ido en barco hasta Igoumenitsa; ahora se dirigia a Tesalonica. Pero decia que este calor no era normal...
Llegue a la ciudad-puerto de Igoumenitsa, debe ser la ciudad con mas agencias de billetes por metro cuadrado que existe. Compre el mio hacia Italia, espere en un parque junto al mar, y vi como cargaban el barco. De entre las ruedas de algunos camiones salieron polizones, el mar estaba calmado, y la luna salio a despedirnos.

05 agosto 2006

Dia 10 Kastraki - Ioannina 130 Km (3110)

Sali del camping de los primeros. La mayoria estaba comprando el pan o empezando a desayunar. Me gustan los campings. Son mejor que la tele. Puedes ver a familias muy diferentes y en situaciones distintas a la vez. En diferentes idiomas. A veces no los entiendo, pero tampoco importa.
Me esperaba un dia duro y asi lo fue. Me aleje de las rocas y pronto empezo la subida. Puerto de categoria especial y etapa reina de mi tour griego. Cuando llevas dos horas subiendo con la bici cargada, y ves que despues de la siguiente curva la carretera sigue inclinada, piensasn en lo bien que estarias en la playa con los amigos, o comiendo en casita. Pero entonces miro a los alrededores, y pienso que en cada pedalada que doy estoy viendo algo nuevo. Entonces paro en algun pueblecito a beber de la fuente y respiro el aiere puro. Todos me mira, pero ya me he acostumbrado, y siguen abanicandose.
El "paso" de Katara casi alcanza los dos mil metros. Bordea una estacion de esqui y enfrente colgado de una colina cuelga el pueblo de Metsovo. Con sus casitas pegadas a ella como con pegamento. Nada mas coronar Katara alce los brazos y cuando paraba junto a la carretera para repostar y abrigarme para el descenso la rueda hizo puff. Y luego de nuevo puff. Asi que ya me veis en lo alto de la montaña haciendo los parches de las camaras de la bici. Entre la nada y con el descenso a la espera.
Lo que no sabia es que tras el gran descenso me quedaba otro pequeño problema en forma de pendiente. Casi me di por vencido. Pero cuando me planteo algo... En lo alto ya dislumbre Ioannina junto al lago. Sobresalia un promontorio en el que se veian mezquitas de la antigua dominacion otomana. Di con el camping y al instalarme vi que ellos tambien viajaban en bicicleta. Marcelo y Patrizia. Italo-suizo y suiza, pero que estaban aprendiendo castellano. Fue muy gratificante hablar con ellos un rato y compartir experiencias. Habian viajado por muchos lugares. Cada verano cogian sus bicicletas y se iban un mes a descubrir una parte del mundo. No os parece genial. A mi si.

Dia 9 Kastraki - Kastraki 17 Km (2980)

Dormi un poco mas de lo habitual. Vi a la gente despertarse y recoger. Desyune y de visita a los monasterios. El plano de la zona que me habia dado el señor de la recepcion del camping me juro una mala pasada. Tras visitar el primero de los moasterios estuve dando vueltas por el boque mas de una hora buscando los senderos marcados en el plano. Pero bueno el paseo entre las rocas y la maleza tambien resulto interesante.
Las rocas y precipicios de Meteora fueron sedimentos de un mar interior. Luego los movimientos tectonicos verticales elevaron toda la region por encima del nivel del mar. Los mismos movimientos acercaron las montañas circundantes, ejerciendo presion en los depositos sedimentarios solidificados. En Meteora aparecieron fisuras y grietas y la descomposicion y erosion posteriores formaron los altos pinaculos de roca ahora. Estas rocas suben mucho como torres o rascacielos y es sitio ideal para practicar escalada deportiva. Los monasterios estan enclavados en lo alto de esas rocas. Y tan solo se puede subir por unas escaleritasque salen de la misma roca. Hace años estan escaleras no estaban. Los monjes y frailes subian por unas escaleras moviles, que luego retiraban. Y las cosas, materiales y comida necesarias se subian por medio de tirolinas. Los monjes se instalaron alli en tiempos de guerra. En busca de tranquilidad y paz. Un reducto para su meditacion y practica de la fe. Hoy es dificil encontrar esa paz y tranquilidad, a no ser que se madrugue mucho. Porque la cantidad de autobuses llenos de turistas que llegan en peregrinacion es impresionante. Todos estos autobuses y coches se amontonan en la pequeña carretera que une los monasterios y bordea las rocas. Todos me miraban cuando les adelantaba poco a poco con la bici. Pedaleando poco a poco y parando cuando me placia, que no solia corresponder con as paradas en masa de ellos.
Despues descendi hasta el pueblo y comi un doner kebab "gyros" en griego. Al que tambien le añadieron patatas fritas. Una lluvia veraniega me remojo, pero por suerte la tienda la repelio bien. Por la noche charle con el frances de la carabana de al lado. El habia recorrido desde cerca de Estrasburgo hasta El Cairo hacia 15 años. Tambien solo. Por lo que por como me miraba sabia completamente como me encontraba y todo lo bueno y lo malo que tiene este tipo de viaje. Fue interesante charlar con el. Le recomende visitar el Monte Olimpo y el me deseo Bon voyage y bone nuit.