15 agosto 2006

Dia 1 Igoumenitsa - Brindisi - Metaponto 115 Km (3320)

Olvide coger algo de abrigo y pase frio en el barco. Vi salir el sol desde la popa. Al otro lado se veian nubes, y cada vez mas oscuras. Se vieron algunos relampagos y nada mas desembarcar y pisar suelo italiano, la tormenta tambien llego. Ciao Italia.
Me refugie de la lluvia en una antigua nave industrial abandonada, en las afueras de Brindisi. Aproveche para comer algo viendo caer las gotas. Despues mis primeros kilometros italianos fueron humedos. Los restos de la lluvia se evaporaban y el calor era intenso. Por la via de servicio de la autopista me dirigi a Taranto.
En la mañana dominical algunos ciclistas y personas mayores paseaban por los caminos campestres. Villas y casas de campo italianas mediterraneas. Campos de olivos y viña. Un poco antes de llegar a Taranto divise el gran lago. La antigua Taranto es la que separa el lago y el mar solamente en unas decenas de metros. Junto al lago comi algunas moras limpitas por la lluvia. Tras el feisimo poligono industrial, incluida refineria llegue al centro historico. Entre el lago y el mar. Como una islita unida a la tierra por pequeños puentes, anteriormente levadizos. Ahora fijos y convertidos en calles llenas de coches. El centro historico tampoco es muy bonito. Sucio en estado algo ruinoso y dejado. Incluso parecia algo peligroso. Pero me gusto. Habia algunas iglesias interesantes. Y realmente parecia que estaba en otra epoca. Quizas unos años atras. Olia a comida, do era de tonos marrones y grises. Incluso el cielo todavia nublado. Solo unas notas de color en las banderas de Italia que ondeaban desde las ventanas de muchos de los edificios. Junto a las barcas el mercado del pescado y algunos gatos merodeando. Pero todo muy vacio en el mediodia del domingo en que llegue a Italia.
Recorri algunos Kilometros mas por el golfo de Taranto hasta llegar a Metaponto. Junto al mar algunos campings y casas de veraneo. Las playas resguardadas por pinares ya se estaban vaciando cuando llegue. Los pinos eran muy altos, no llegue a ver de que color eran las ardillas.